Cycle Report

En los últimos dos meses, el índice Eurostoxx 50 ha mostrado una ligera variación, cerrando en 5059.2 puntos a finales de mayo, frente a los 4981.09 puntos de finales de abril. Durante este periodo, el GVC Risk se redujo notablemente, de 27.11 a 7.64, lo que indica una significativa disminución en la volatilidad del mercado europeo. Por otro lado, el GVC Momentum ha presentado fluctuaciones menores, oscilando entre -0.47 y 0.67, sugiriendo una fase de consolidación sin señales claras de sobrecompra o sobreventa. Esta relativa estabilidad puede interpretarse como un signo de confianza moderada en los mercados, aunque es prudente mantenerse cauteloso debido a las condiciones económicas subyacentes.

El contexto económico actual en Europa está marcado por varios eventos críticos. La economía de la Eurozona muestra signos de desaceleración, con un crecimiento proyectado del PIB real de solo 0.6% en 2024. Las persistentes presiones inflacionarias y los desafíos en sectores clave, como el manufacturero francés y la economía alemana, añaden complejidad al panorama. Francia enfrenta una posible recesión técnica en su sector manufacturero, mientras que Alemania ha revisado a la baja su previsión de crecimiento a un modesto 0.1%. A pesar de la reciente disminución de la inflación en la Eurozona, los altos costos laborales siguen presionando los precios de los servicios. Además, la fragmentación geoeconómica y las tensiones geopolíticas continúan exacerbando la volatilidad económica, afectando negativamente las perspectivas de crecimiento a largo plazo. Para el próximo mes, se anticipa que el índice Eurostoxx 50 mantenga una trayectoria estable con potenciales ligeros movimientos al alza si mejoran las condiciones macroeconómicas. La significativa disminución del GVC Risk sugiere un entorno de menor volatilidad, lo que podría atraer a los inversores en busca de estabilidad. No obstante, la evolución económica dependerá en gran medida de la capacidad de la Eurozona para mitigar los efectos de la desaceleración del crecimiento y manejar las presiones inflacionarias persistentes. Los inversores deben seguir de cerca los desarrollos en los sectores manufacturero y de servicios, así como las políticas monetarias del Banco Central Europeo. 

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