El ciclo estadounidense viene marcado por las diferentes referencias de su mercado laboral. Varios contrapuntos que desestabilizan el sector más robusto de su economía. 

A nivel de riesgos, estos siguen en niveles complacientes, manteniendo su tendencia a la baja. 

El mercado estadounidense sigue mostrando signos de sobrevaloración. En la primera semana del año no ha habido ningún resultado empresarial relevante en el país norteamericano. 

En la última semana, la esfera económica de Estados Unidos ha experimentado fluctuaciones significativas, particularmente en el ámbito laboral, con implicaciones notables para las políticas monetarias futuras. Según los datos del Departamento de Trabajo, las ofertas de empleo en noviembre descendieron a 8.79 millones, marcando el mínimo desde marzo de 2021, un indicio de desaceleración en la demanda laboral, aunque aún superior a los niveles anteriores a la pandemia. El informe JOLTS refleja una caída en contrataciones y en la tasa de renuncias, sugiriendo una menor confianza de los empleados para buscar nuevas oportunidades. Sectores como transporte, almacenamiento y servicios públicos han visto una disminución notable en ofertas laborales, mientras el comercio mayorista registra un aumento. Estos desarrollos cobran especial relevancia para la Reserva Federal. La proyección de una reducción paulatina en las tasas de interés persiste, condicionada a la continuación del descenso inflacionario. Este panorama señala que, si bien el mercado laboral estadounidense mantiene su robustez, se perfila hacia una normalización con posibles señales de enfriamiento en el horizonte cercano.