El ciclo europeo viene marcado por la publicación de los distintos IPCs y PMIs. Los datos resultan esperanzadores a pesar de los débiles valores que presentan. 

A nivel de riesgos, estos permanecen complacientes confirmando los reducidos niveles de volatilidad experimentados durante los últimos meses del año pasado. 

El valor de mercado europeo se muestra ligeramente infravalorado. Esta semana no se han presentado resultados empresariales relevantes. 

La Eurozona presenta un cuadro de desafíos y oportunidades. El índice PMI manufacturero de diciembre, con 44,4 puntos, indica una desaceleración menos aguda de lo previsto, alejando parcialmente el espectro de una recesión profunda. Contrasta con esto, el ascenso de la inflación al 2,9% en diciembre, aunque sin alcanzar las proyecciones previas; este aumento se vincula principalmente a la reducción menos pronunciada en los costos energéticos y al incremento en precios de alimentos. Paralelamente, los precios industriales en la Eurozona evidencian una disminución en noviembre, con un retroceso del 0,3%, lo que señala una tendencia a la baja en los precios de producción industrial. España, en este escenario, emerge como un caso distintivo. Contrariando la tendencia general, evidencia un crecimiento en su actividad económica, liderado por el sector servicios. El PMI de este sector en España alcanzó 51,5 puntos en diciembre, marcando el nivel más alto desde julio y mostrando una expansión frente a la contracción en manufactura. 

Este conjunto de indicadores refleja un estado de incertidumbre en la Eurozona. La interacción entre una inflación creciente y una caída en los precios industriales presenta desafíos significativos para la gestión económica regional en el corto plazo.