Daily Report

La pausa que se había instalado en los mercados se ha roto de forma abrupta. El ataque israelí sobre Irán, con objetivos militares y nucleares en el punto de mira, ha devuelto la tensión geopolítica al centro del escenario. No se trata de una noticia más: la acción militar ha sido clara, la respuesta iraní también, y el mercado ha reaccionado en consecuencia. Subidas bruscas del crudo, repunte del oro, ventas en activos de riesgo, y corrección generalizada en índices. Pero lo más relevante no es la magnitud de los movimientos, sino lo que reflejan: empieza a instalarse la idea de que entramos en una fase distinta, donde los equilibrios se vuelven más frágiles.
Europa ha sido la primera en recoger el golpe. El IBEX pierde los 14.000 puntos y encadena cuatro sesiones en negativo. IAG, Grifols y Acciona lideraron las caídas, arrastradas por la exposición al turismo, la presión sobre márgenes y las implicaciones reputacionales. El resto de las bolsas europeas siguieron la misma pauta. El DAX y el Euro Stoxx corrigieron con claridad, y la sensación general es que este episodio no se va a resolver en cuestión de días. En EE. UU., la reacción fue similar. Tecnología a la baja, energía y defensa al alza, y un movimiento de rotación que sugiere más cobertura táctica que pánico, pero también menos convicción en el rebote de corto plazo. Más allá de la lectura inmediata, lo que empieza a pesar es el fondo estratégico. Este no es un conflicto aislado. Irán, desde hace tiempo, forma parte de una red de alianzas que se ha ido reforzando: cooperación militar con Rusia, integración en los BRICS, papel clave en la Nueva Ruta de la Seda china. Si el conflicto se alarga y afecta al flujo de materias primas, o al tránsito marítimo en el Golfo o el mar Rojo, el impacto va más allá del precio del petróleo. Toca la estructura logística del comercio global, los equilibrios de poder en Asia Central y, en el extremo, puede acelerar el proceso de fragmentación del sistema económico internacional.
En ese contexto, la reacción del mercado tiene lógica. Lo primero que se ajusta es el precio de la energía, porque es lo más inmediato. Pero lo que está detrás es más amplio: si se reconfiguran rutas, si se activan sanciones, si se endurecen posiciones diplomáticas, hay consecuencias que aún no están en precio. El oro volvió a actuar como refugio. No tanto porque haya miedo extremo, sino porque la percepción de riesgo sistémico ha subido medio escalón. Y cuando eso ocurre, los gestores ajustan posiciones. No es un movimiento de venta forzada, pero sí de prudencia.
Los datos macro quedaron en segundo plano. El IPC en España bajó al 2%, lo que en otro momento habría sido celebrado. Hoy pasa casi desapercibido. Porque si el crudo se mantiene alto, o sube más, ese alivio puede ser transitorio. En EE. UU., la confianza del consumidor sorprendido al alza, pero tampoco cambia mucho el panorama. Lo que hay ahora es una variable nueva: la geopolítica vuelve a importar, y eso complica los modelos. La Fed, el BCE, el Banco de Inglaterra… todos están en pausa, esperando claridad. Lo que ha ocurrido no da margen para movimientos. De hecho, puede retrasar decisiones que estaban sobre la mesa. Lo que realmente preocupa no es tanto el cruce de ataques en sí, sino lo que viene detrás. Qué hará Arabia Saudí, qué posición adoptará Turquía, si hay implicación directa o indirecta de actores mayores. Washington, por ahora, se mantiene al margen. Moscú observa, pero no desactiva. Pekín guarda silencio. Y mientras tanto, el mercado se ve obligado a asignar probabilidad a escenarios que, hasta hace semanas, ni se contemplaban en las carteras. Lo que toca ahora no es adivinar el desenlace, sino ajustar el nivel de exposición al entorno. Porque el mercado no ha colapsado, pero sí ha perdido algo de claridad.
La narrativa de fondo —desinflación, recortes de tipos graduales, rebote manufacturero— sigue en pie, pero ahora tiene más asteriscos. Si el conflicto se contiene, el daño será limitado. Si no, la lectura cambia. Y eso no se corrige con tipos o con declaraciones. En entornos así, el foco no está en encontrar oportunidades rápidas, sino en no asumir riesgos innecesarios. La rotación hacia sectores defensivos, la menor beta en cartera, y la protección en materias primas no es casual. Es gestión prudente. Y en ciclos largos, suele ser lo que marca la diferencia.

Fuente: GVC Gaesco
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Cómo leer el Daily Report
Base 100 y Sectores MSCI
- A lo largo de distintos gráficos se detalla la situación actual de los mercados internacionales. Empezando por el gráfico de la evolución de los índices:
Calculado desde el 31/12/2021, se muestra la evolución de los distitntos índices del globo en base 100. A partir de este gráfico se puede comparar de forma eficaz el rendimiento de cada uno de ellos y comprarbar de un vistazo quienes son los perdederes y ganadores en el mundo.
- Junto al gráfico en base 100 de los índices se encuentra el gráfico de barras del rendimiento de los distintos sectores del MSCI:
En función de la coyuntura económica que se encuentre el mundo se observa un mejor rendimiento en ciertos sectores concretos.
Gráfico Momentum
- En esta parte del informe se muestra el índicador GVC Momentum y sus distintos subindicadores:
En cada franja horizontal se marca la posición actual de cada índicador (nombrado a la izquierda) con una bola naranja. En función de su situación se puede interpretar cada uno de ellos como una señal alcista (bullish) o bajista (bearish). Cuanto más a la derecha, más alcista será la descripción que aporten, y cuanto más a la izquierda más bajista. Hay una liniea blanca punteada en el centro del gráfico para diferenciar ambos escenarios.
Por otro lado, además de la situación actual el gráfico también presenta el valor que mostraba cada indicador hace dos semanas. Esto viene representado por una cola punteada que une ambos instantes, es decir el extremo de la cola se corresponde al valor de hacer 2 semanas. Se ha de entender que si una bola se encuentra sin cola significa que el valor actual del indicador en cuestión coincide con el de hace dos semanas (tal y como ocurre en el gráfico de arriba con el subíndicador MA(200)).
Evolución de índices y bonos gubernamentales
- Justo abajo del gráfico de Momentum se encuentran un conjunto de 4 tablas que incorporan datos relevantes de la renta fija y variable del mundo:
Las dos primeras tablas corresponden a datos relacionados con la renta variables. Cada una de ellas está divida en columnas que correponden a:
- Last: Último precio de cierre (22:00 del día anterior)
- Daily Var.: Rendimiento del día anterior
- Future: Rendimiento actual (respecto al valor de apertura) del futuro correspondiente al índice en cuestión
- Yearly Var.: Rendimiento anual
Las dos siguientes tablas corresponden a datos relevantes sobre la renta fija. Cada una de ellas está divida en columnas que correponden a las vistas arriba, a parte se añade una más:
- Bip Var.: Variación del día anterior en puntos básicos
Para los bonos High Yield se ha utilizado como referencia el índice de Credit Suisse AG.
Velocímetro del Riesgo
- Con todos los datos actuales ya presentados, pasamos a los riesgos que subyacen en cada mercado. En este gráfico semicircular se muestra tanto el índicador GVC Risk como otros índicadores de riesgo.
En cada carril se marca la posición actual de cada indicador (referenciado a un número abajo y descrito a la derecha) con un circulo negro. En función de su valor, la bola negra se situará más en la zona roja de mayor riesgo o en la zona verde de menor riesgo. A parte, en la zona central inferior se aporta el valor del GVC Risk que contempla todos los subindicadores de riesgo en mayor o menor medida.
Por otro lado, además de la situación actual el gráfico también presenta el valor que mostraba cada indicador hace dos semanas. Esto viene representado por un circulo hueco. Se ha de entender que si en un carril no hay un circulo hueco significa que el valor actual del indicador en cuestión coincide con el de hace dos semanas.