El ciclo europeo destaca esta semana por la publicación de los PMIs que muestran un panorama de claroscuros en los diferentes países de la región.

A nivel de riesgos, repunte de volatilidad tanto en la renta variable como en la fija, el mercado empieza a transicionar de su estado complaciente a uno de calma tensa.

El valor de mercado europeo se muestra ligeramente sobrevalorado. En plena temporada de resultados, destacamos a nivel nacional los de Enagás, Telefónica y Repsol que decepcionan a nivel de ingresos, pero sorprenden en BPAs.

La reciente trayectoria económica de la eurozona presenta una amalgama de indicadores divergentes. El índice de inflación anual experimentó una moderada declinación en enero, alcanzando un 2,8%, marginalmente inferior al término de 2023. Este retroceso, atribuible en parte a la disminución en los precios energéticos, contrasta con la situación en España, donde la tasa inflacionaria excede la media en siete décimas, situándose en 3,5%. Paralelamente, el indicador alemán IFO de confianza empresarial mantuvo su estabilidad en febrero, con una cifra de 85,5, alineada con las proyecciones y levemente superior a la previa de 85,2. A pesar de este equilibrio, la industria germana continúa enfrentando desafíos, evidenciados por el PMI de servicios de la eurozona, que oscurece los aspectos positivos del sector. El PMI compuesto de la eurozona, ascendió a 48,9 en febrero. Aunque permanece en un terreno de contracción, este ascenso indica una desaceleración económica menos aguda. En particular, el sector servicios exhibió un avance notable, alcanzando el umbral de los 50 puntos. Estas cifras esbozan un panorama de recuperación económica incipiente y heterogénea en la eurozona, donde la constancia en la confianza empresarial alemana se contrapone a los retos de su industria manufacturera y a una inflación moderadamente contenida a nivel regional.