Cycle Report
El Eurostoxx 50 cerró el mes de junio en 5325.64 puntos, logrando estabilizarse tras las caídas registradas en la segunda quincena, que lo llevaron a un mínimo de 5221.90 el 23 de junio. No obstante, la estructura técnica del mercado europeo refleja crecientes signos de fragilidad: el GVC Risk ha repuntado de forma preocupante hasta 35.92, lo que indica un retorno de la volatilidad y la aversión al riesgo. Paralelamente, el GVC Momentum se mantiene en terreno negativo (-0.03), consolidando la pérdida de impulso alcista iniciada a finales de mayo.
A pesar de esta debilidad técnica, la renta variable europea acumuló un modesto avance mensual del 0,07%, mientras que la variación interanual se sitúa en un discreto 0,09%. Estos datos ponen en evidencia un mercado que se sostiene artificialmente, pero cuya solidez estructural sigue en entredicho.

El recorte de 25 puntos básicos por parte del BCE el pasado 5 de junio marcó el octavo ajuste desde los máximos de 2024 y refleja un giro hacia una política más acomodaticia. Sin embargo, las advertencias de Christine Lagarde sobre una «pausa» una vez alcanzado el objetivo del 2% de inflación subyacente introducen ambigüedad en el horizonte monetario. La encuesta de Reuters, en la que el 53% de los economistas prevé otro recorte en septiembre, mantiene vivas las expectativas, pero no elimina las dudas.
El debilitamiento del dólar ha suavizado el impacto de la reciente subida del petróleo (+14%), ofreciendo cierto margen al BCE para mantener o reducir tipos. Sin embargo, la amenaza geopolítica que representa Irán y el posible cierre del estrecho de Hormuz reintroducen el riesgo de un choque energético, con consecuencias directas sobre la inflación y la estabilidad de los mercados europeos.
Adicionalmente, la decisión del Banco Nacional Suizo de recortar los tipos al 0% presiona a la baja los rendimientos en Europa, pero también revela una fragilidad creciente en el entorno macroeconómico de la región.
Las señales actuales son inequívocas: el deterioro progresivo del GVC Momentum y el repunte del GVC Risk anticipan un entorno de mayor volatilidad y potenciales correcciones en la renta variable europea. Aunque la política monetaria más flexible del BCE y el SNB aporta soporte a los mercados, los riesgos geopolíticos y energéticos limitan seriamente el margen de recuperación.
Se recomienda adoptar una postura defensiva, priorizando la exposición en renta fija de alta calidad y reduciendo posiciones en renta variable, especialmente en sectores vulnerables al coste energético y a las tensiones geopolíticas. Los próximos meses estarán marcados por una mayor inestabilidad en los mercados europeos, donde la complacencia podría ser costosa.

