Cycle Report

El S&P 500 ha cerrado junio en 6173.07 puntos, encadenando un mes claramente alcista, impulsado por el debilitamiento del dólar y el alivio geopolítico tras la tregua entre Israel e Irán. El índice ha recuperado posiciones con fuerza, lo que se refleja en el GVC Momentum, que ha escalado desde 0.14 a 0.68, situándose en niveles próximos a sobrecompra. Sin embargo, la lectura del GVC Risk, en 41.18, advierte que el mercado sigue lejos de una calma estructural: la volatilidad permanece elevada y los riesgos sistémicos no se han disipado

A pesar de la aparente solidez bursátil, el comportamiento de la renta variable estadounidense sigue siendo frágil. La rentabilidad mensual cayó un -0,14% y la variación interanual se sitúa en un preocupante -0,13%, lo que indica que el reciente repunte responde más a factores tácticos y movimientos de flujos que a una convicción de fondo.

La situación macro en EE.UU. es, en el mejor de los casos, ambigua. La Fed permanece dividida: mientras figuras como Bowman y Waller reclaman un recorte de tipos inmediato, Jerome Powell y otros líderes regionales abogan por esperar hasta septiembre, conscientes del deterioro económico y de las presiones inflacionarias derivadas de los aranceles. Esta falta de consenso alimenta la incertidumbre en los mercados, con una curva de tipos aplanándose por la expectativa de masivas emisiones de deuda —hasta 1 billón de dólares en la segunda mitad del año— que tensionarán los rendimientos, particularmente en los tramos cortos.

El Beige Book revela un enfriamiento económico palpable, con el crecimiento limitado al 1,4% y la inflación rondando el 3%. A esto se suma la presión política directa sobre la Fed, con Trump intensificando sus críticas, lo que compromete la percepción de independencia del banco central y eleva la prima de riesgo.

El repunte técnico del S&P 500, apoyado por la tregua geopolítica y la debilidad del dólar, podría extenderse unas semanas más, pero los fundamentos son endebles. El GVC Momentum en zona alta anticipa riesgos de sobrecompra, mientras que el GVC Risk sigue en niveles de tensión. La inminente oleada de deuda pública y la incertidumbre monetaria constituyen un cóctel delicado.

Se recomienda prudencia: aprovechar los máximos para reducir exposición a renta variable, priorizar activos defensivos y prepararse para episodios de elevada volatilidad. La complacencia en este contexto es un lujo que el inversor informado no puede permitirse.

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