Cycle Report

Durante marzo de 2025, el Eurostoxx 50 registró una corrección moderada, cerrando en 5415.78 puntos al 24 de marzo, tras haber alcanzado un máximo mensual de 5540.69 el día 3. Esta caída responde a un deterioro en el impulso de mercado, claramente reflejado en el GVC Momentum, que pasó de 1.04 en febrero a -0.20 al cierre de marzo, situándose ya en zona de advertencia bajista. Paralelamente, el GVC Risk se incrementó de manera significativa, alcanzando los 39.34 puntos, lo que indica un repunte en la volatilidad y en la percepción de riesgo entre los inversores europeos. No obstante, el desempeño de la renta variable en el mes fue positivo, con una subida del 0,34% en el índice de renta europea y una variación interanual del 0,46%, lo que demuestra cierta resistencia del mercado ante el deterioro macroeconómico incipiente. Esta resiliencia, sin embargo, podría estar siendo sobreestimada por los inversores ante el cambio de narrativa del Banco Central Europeo. 

La revisión a la baja de las proyecciones de crecimiento del BCE —0,9% para 2025 y 1,2% para 2026—, junto con el alza en las previsiones de inflación (2,3%), plantea un escenario más restrictivo de lo que el mercado estaba anticipando. S&P Global ha sido aún más conservador, señalando que, ante un escenario de tensiones comerciales, el crecimiento de la eurozona podría limitarse a un exiguo 0,5% este año. Todo apunta a que el BCE se verá forzado a iniciar un ciclo de recortes de tasas antes de lo previsto, en un intento de sostener una economía que muestra síntomas de fatiga estructural. 

En el plano nacional, España enfrenta una sombra persistente: su economía sumergida representa el 24% del PIB, superando ampliamente la media de las economías avanzadas. Este lastre estructural añade complejidad a cualquier intento de consolidación fiscal y competitividad sostenible. 

El brusco deterioro del GVC Momentum, combinado con un repunte sostenido del GVC Risk, sugiere que el Eurostoxx 50 podría enfrentar nuevas presiones a la baja en abril. El aparente equilibrio entre inflación y crecimiento se ha fracturado, y los recortes de tipos que el BCE podría implementar no serían síntoma de dinamismo, sino de fragilidad. 

En este entorno, resulta prudente reducir exposición a sectores cíclicos y aumentar la ponderación en activos defensivos y renta fija de calidad. La selectividad será clave, priorizando compañías con márgenes estables y baja sensibilidad a la demanda interna europea. El mercado comienza a descontar un cambio de fase, y los inversores deben anticiparse con claridad, no con complacencia. 

Descarga el documento completo