Una de las creencias erróneas más extendidas es pensar que invertir en renta fija es invertir sin riesgos. Cualquier producto de inversión contiene riesgo en mayor o menor medida. Este 2022 será recordado como el año del crack de la renta fija.
Nadie a inicios de 2022 se imaginó el cataclismo vivido en uno de los mercados más grandes del mundo. Consecuencia directa del cambio de sesgo de los Bancos Centrales ante la amenaza de la inflación en medio mundo. Debemos ser conscientes que la volatilidad de las opciones de la renta fija (gráfico que se adjunta) muestra que tal mercado sigue tensionado. Es por ello, que debemos ser conscientes que los productos de renta fija variarán en mayor medida según la solvencia del emisor. El inversor debe ser consciente que cuando se invierte en renta fija debe asumir 3 tipos de riesgo:
Riesgo de mercado: es la posibilidad de que los valores coticen por debajo del precio que pagamos por ellos. Importante en un en torno como el actual con alta inflación y tipos de interés cambiantes.
Riesgo de liquidez: es el riesgo de que no se encuentre contrapartida en el mercado. Importante en un en torno como el actual donde ahora si que hay más alternativas.
Riesgo de crédito: se trata del riesgo que se asume por la posible falta de cobro de los intereses y/o principal de la inversión por parte del emisor. Importante en el momento actual sobre todo en los emisores poco solventes.